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NUEVO CURSO, NUEVA REVUELTA EMOCIONAL

Sí, este verano caluroso e intenso llego a su fin y comenzamos un nuevo curso, que vendrá repleto de nuevas experiencias, emociones, aprendizajes, relaciones que favorecerán nuestro crecimiento, tanto a los niños/as, adolescentes, como a los adultos, padres, madres, profesores.

Estos días nos vemos invadidos de emociones y pensamientos y cómo lo gestionemos es la clave para que este comienzo se convierta en un bello momento de alegría, ilusión, deseo de aprender, de reencuentros.

Creo que todos sabemos que el aprendizaje se da mejor cuando el niño/a o adolescente se siente feliz, ilusionado, en calma y para que esto se dé somos los adultos quienes tenemos que crear un espacio y un tiempo donde esas emociones estén presentes.

        Os pregunto, quiero que reflexionéis, que conectéis con vuestras emociones y pensamientos, ya que es imposible separarlos.

        ¿Qué emociones os invaden, alegría, ilusión, calma, esperanza, seguridad, miedo, incertidumbre, tristeza, inseguridad, rabia?

        ¿Qué pensamientos recurrentes y con qué intensidad aparecen y aparecen en vuestra mente? Nuestra mente se ve invadida de frases:

  • Qué profesor/a tendrá mi hijo/a.
  • Cómo trataran a mi hijo/a.
  • Se adaptará bien al colegio, llorará mucho.
  • Se portará bien.
  • Que me dirán al recogerlo, que vendrá escrito en la agenda.
  • Aprenderá bien.
  • Estaremos otra vez con líos, evaluaciones.
  • Nuevamente pasaremos horas de tareas y exámenes.
  • Como serán los alumnos que tendré este año.
  • Como serán los padres y madres.

Escuchar vuestro dialogo interior, mirar vuestras emociones, porque es el primer paso para crear ese curso donde predomine la seguridad, confianza, ilusión, escucha activa, respeto a la individualidad, etc.

Santiago Ramón y Cajal dijo: “Todo ser humano si se lo propone puede ser escultor de su propio cerebro”. Hace un siglo nos dijo que en nosotros está la capacidad de moldear nuestro cerebro, de gestionar de nuestros pensamientos y nuestras emociones.

Por ello, os propongo que este año juntos acompañemos a los niños/as y jóvenes en un curso repleto de aprendizajes motores, sensoriales, cognitivos, emocionales y relacionales. Aceptando que el cerebro aprende de todas las experiencias, de las positivas y de las negativas que aparecerán durante el curso, no vamos a evitar las negativas, sino que aprenderemos a gestionarlas. 

Próximo artículo: “La individualidad del niño/a”

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